lunes, 11 de agosto de 2014

El caso del Real Avilés

Avilés, como todos los asturianos sabemos, es una de las grandes ciudades del Principado con cerca de 100.000 habitantes. Lugares con muchos menos vecinos como Llagostera o Miranda de Ebro son capaces de mantener un equipo en Segunda y superar los 5000 socios, pero en la Villa del Adelantado, esto no ocurre. Hace más de 20 años que no pisan la división de plata y apenas superan, hasta el momento, los 700 socios, cifra, no muy superior a la que registran clubes de Tercera como el Tuilla, Ceares, Praviano o Urraca. Es más, cuando se produjo el último descenso a Tercera, tan solo se registraron 250 recibos... ¿Por qué ocurre esto? 
Pues básicamente por dos motivos principales: El primero de ellos la delicada situación económica y política del club. Los continuos cambios en el Real Avilés generan inseguridad en la afición, que unido a la ausencia de grandes logros deportivos, hacen que los avilesinos no se sientan atraídos por el club. A pesar de las buenas plantillas de los dos últimos años y del aumento presupuestario, apenas se llegó a los 2000 espectadores en el play off de ascenso. 
El segundo es el intentar en cuanto a masa social parecerse al Sporting y al Oviedo. Un equipo sin temporadas en la élite no puede conseguir las cifras de abonados que manejan los grandes de la región. El Real Avilés debe centrarse en enganchar al Suárez Puerta a los avilesinos, para que tengan a los blanquiazules como primera opción. Hasta que no lo consigan, serán un club de Segunda B con ingresos de Tercera